
Namasté y otros inventos de cómo celebrar un gol en tiempos de coronavirus
Frenkie de Jong tuvo que guiñar el ojo y levantar el pulgar para demostrar su expresión de alegría por estar de regreso en la Ciudad Deportiva Joan Gamper. Lo mismo Griezmann, quien alzó sus dedos en forma de símbolo de la paz. Sergi Roberto no hizo ninguna mueca y no sabemos si estaba feliz o no. Leo Messi sonrió tanto que los cachetes elevados y los ojos achinados nos permitieron imaginar esa sonrisa. Los barbijos son necesarios para reducir los riesgos por la pandemia del COVID-19, pero si los jugadores los usaran durante los partidos, nos perderíamos no solo de sus sonrisas en cada festejo, sino del gesto más fascinante del fútbol: el grito de gol.
¿Se le entendería a Cristiano el SIUUU a través del barbijo? ¿Si Darío Benedetto le sacara la lengua a Montiel en el festejo del Superclásico, nos daríamos cuenta? ¿Si Dybala festejara con la ‘Dybala Mask’, tendría el mismo sentido? ¿Si Messi celebrara tirando un beso a sus hijos, lo recibirían? Es cierto que los ojos también hablan, pero la mueca en el festejo de gol es única.
Más allá de si los futbolista juegan con barbijo o no, hay una nueva regla a la que deberán acostumbrarse: el distanciamiento social. ¿Cómo será un festejo de gol sin abrazos? ¿Cómo le agradecerán al que le dio la asistencia? ¿Festejarán a lo CR7 en un rincón de la cancha? ¿Nacerá un lenguaje diferente para celebrar juntos pero sin tocarse?
Una opción sería el famoso namasté. El saludo de origen sánscrito, lengua ordinaria del norte de la India que tiene 3500 años de antigüedad. En muchas culturas se utiliza para saludar, pero también sirve para dar gracias, mostrar respeto o rezar. Consiste en juntar las palmas de las manos e inclinar la cabeza levemente hacia adelante. No hay contacto con el otro.
Alguien que no tendría por qué cambiar sus festejos de gol sería Mohamed Salah. El delantero egipcio suele festejar con posturas de yoga. Firme ante la grada con la pierna izquierda cruzada hasta la rodilla derecha junta las manos en forma de rezo… o namasté. Y celebra. Otro que sigue sus pasos es el joven Erling Haaland con la famosa pose de meditación que generó la reacción de los jugadores de PSG en el duelo entre Borussia Dortmund y el equipo francés en la Champions.
Más festejos válidos serían el ‘hang loose’ de Ronaldinho o los bailes de Griezmann. El modo ‘Hulk’ de Mario Balotelli y el del Comandante de Rafael Santos Borré o Chimy Ávila también estarían permitidas. Son todas celebraciones que pueden ser individuales.
La mayor incertidumbre se centra en cómo festejar de a dos o más. Si los jugadores mantendrán el lenguaje de la antigua India o si nacerá uno nuevo. En forma de baile, de saltos, de abrazos simulados, de señas mudas, o simplemente de elevar los puños más alto y bien apretados.
Via: espn.com